lunes, 30 de marzo de 2009

Doctora amor


Puedo ver tu miel al tocar tu vientre, y siento, por dentro de tus ojos entrar, hasta mí, mis más dulces deseos de cuidarte. Al besarte tiernamente el rostro, envuelta en mis brazos y sintiendo el calor de tu piel, se corta mi respiración y bajo la voz a tonos íntimos que me despiertan palabras de ternura. Lamento las veces que no pude besarte el alma. Gracias por tus frases de vida, que escucho en un corazón de silencio y, porque todas nuestras diferencias se transformaron en papel. Te doy las gracias por confiar en mí, por el amor que me das. Por permitirme ser tuyo y amarte.

Gracias por cuidarme y entregarme tu alma y por saber que te entregué la mía desde que te ví. Te amo.

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